Mitos y Realidades de la Minería Transnacional,
3ra. Entrega
Por: Jennifer Moore.
Mito #7: La minería fortalece el tejido social, y
reduce la migración y descomposición de las comunidades indígenas.
Todo lo contrario. Al no respetar los derechos para
decidir sobre el uso de su territorio y su derecho a la autodeterminación, en
muchas circunstancias las empresas aplican otras estrategias para ingresar en
los territorios ancestrales, los cuales actualmente se ven muy afectados por la
expansión minera.
Contratos directos y dádivas u ofertas a
comunidades particulares pueden desestabilizar las organizaciones indígenas por
interferir en sus procesos de comunicación, planificación y manejo de recursos
naturales. Estas actividades afectan a las comunidades étnicas fuertemente, las
dividen y promueven el conflicto social para tener acceso a los minerales. Se
estima que alrededor de la mitad del oro explotado entre 1995 y 2015 se va a
extraer de territorios de los pueblos indígenas.11
Ejemplo: La mina de oro más grande en América
Central de la empresa canadiense Goldcorp, llamada “Marlin”, se encuentra en
Guatemala en las municipalidades de San Miguel Ixtahuacán y Sipakapa en el
oeste del país. Se ha convertido en un problema nacional por no consultar con
los pueblos. En el municipio de Sipakapa se ha iniciado una serie de consultas
populares convocadas por los pueblos mismos, las cuales han resultado en un
fuerte rechazo de la actividad minera. Sin embargo, los resultados de las
consultas no han sido aceptados y los pueblos sufren amenazas permanentes y
otras afectaciones por la explotación de la mina. Actualmente han apelado a la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos Interamericana por una decisión
sobre las consultas.
En los pocos casos, según Derechos en Acción, en
que pueblos indígenas en Canadá han negociado acuerdos sobre los impactos y
beneficios con empresas mineras, el éxito ha sido “limitado”. Las negociaciones
son duras y, mientras algunos grupos indígenas han ganado algo de empleo,
capacitación y dinero, todavía tales acuerdos ofrecen mínima protección
ambiental y “es improbable que vayan a contribuir a economías sustentables
después de que la mina cierre.”
Agregan que las comunidades afectadas por la
minería reportan mayor uso de drogas y alcohol, carencia de viviendas y más
violencia contra la mujer.12
Transparencia
Mito #8: Las empresas transnacionales garantizan
transparencia
El financiamiento de las empresas mineras,
especialmente de muchas juniors, utiliza prácticas no transparentes que
muchas veces son monitoreadas muy débilmente en cuanto a los impactos
ambientales y sociales de sus proyectos. Además, estas empresas tienen
estructuras empresariales muy complicadas, diseñadas para evitar el riesgo
judicial.
Ejemplo: La Bolsa de Valores de Toronto (TSX) – La
Bolsa de Valores de Toronto ha emergido como fuente importante de fondos para
la exploración minera. Alrededor del 57% de las empresas mineras cotizan sus
acciones en la Bolsa de Valores de Toronto y, según sus propios informes, en
los primeros seis meses de 2007 facilitó 48% de los financiamientos mineros
mundiales, más que cualquier otra bolsa de valores en el mundo.13 Está
especializada en financiar proyectos en lugares riesgosos, o sea en donde hay
conflicto o mucha oposición.
La TSX procura la mayoría de fondos mediante
“colocaciones privadas”: “ofertas de valores a un número limitado de
inversionistas grandes, principalmente los que se llaman ‘inversionistas
institucionales’ –bancos, fondos mutuos y fondos de pensiones–, que se
caracterizan por un menor grado de transparencia, lo cual a su vez implica: (1)
una amplia distribución de las acciones mineras en la población canadiense (se
estima que 49% de los canadienses tienen acciones en la minería) y (2) resulta
difícil trazar los orígenes de los fondos que se destinan a la actividad
minera.”14
La Corporación de Desarrollo de Exportaciones de
Canadá (EDC) también es poco transparente. Ella es “una institución financiera
para los exportadores e inversionistas canadienses en el extranjero, que en
2006 dio $66 billones [miles de millones] en ayuda a empresas canadienses, de
los cuales $30 billones se invirtieron en el sector de recursos naturales.
Hasta 2007, no ha estado sujeta a la legislación de acceso a la información”.15
Respecto a las estructuras de estas empresas, las
empresas juniors –que han aumentado mucho su participación en la
exploración minera– pueden brindar seguridad a las empresas más grandes que van
a desarrollar las minas. Incluso, por su propia constitución, estas empresas
pueden evitar el riesgo judicial.
Ejemplo: Ascendant Copper Corporation (ahora Copper
Mesa) ha enfrentado una fuerte oposicióncomunitaria a su proyecto en el
noroeste de Ecuador, en la zona de Intag. Ha sido implicada en violaciones de
los derechos humanos y denunciada ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos en 2007 por el intento de un grupo de más de 50 guardias fuertemente
armados y principalmente ex militares que trataron de ingresar por la fuerza a
las concesiones mineras de Ascendant en Intag.
Pero en su sitio web la compañía reconoce que por
su estructura empresarial se hace muy difícil llevar a juicio a los miembros de
su directiva: “Todos los directores de Ascendant y prácticamente todas sus
acciones y las de la corporación están radicados fuera de Canadá. Puede ser
imposible que quienes compran seguridades... puedan notificar sobre directores
que viven fuera del país en un juicio en Canadá…” Mientras la empresa se
incorpora en la provincia de British Columbia, Canadá, su sede está en
Colorado, EEUU. También Ascendant Copper Corporation tiene subsidiarias
radicadas y/o que cotizan en las bolsas de valores del Caribe con sus
operaciones principales en Ecuador.
Mito #9: Cada país es autónomo y soberano en sus
relaciones con empresas mineras transnacionales. Las empresas mineras
transnacionales respetan el marco legal de los países donde operan.
Muy frecuentemente no existen mecanismos, voluntad
ni recursos para aplicar los mandatos legales. Además, muchas veces las mismas
empresas mineras y/o sus promotores imponen un marco legal a través de
gobiernos amigos.
Ejemplo: En el caso de Ecuador, donde hasta ahora
no ha empezado a producir el proyecto de la minería metálica, en el año 2000 se
implementaron reformas profundas a la ley minera después de un proyecto
financiado por el Banco Mundial y con el apoyo de las embajadas de Inglaterra y
Suecia. Las reformas derogaron las regalías de producción debidas al Estado,
aumentando el plazo de duración de las concesiones mineras a treinta años
renovables, y negaron al Estado la opción de revocar concesiones mineras por
afectaciones ambientales o sociales.
Ahora que el país está nuevamente reformando su ley
minera para reinstituir el rol del Estado en el control y manejo del sector,
las empresas canadienses que dominan la inversión en Ecuador han participado
extensivamente en el desarrollo del nuevo texto.
Las empresas también gozan de gran protección por
medio de los tratados internacionales que protegen las inversiones (TBI), los
cuales se han usado para imponer proyectos mineros cuando se ha presentado una
gran resistencia. Las empresas pueden tener una ventaja grande frente a los
gobiernos de países en
desarrollo cuando van a los tribunales de arbitraje
internacional como el Centro Internacional de Arreglo de Disputas de
Inversiones (CIADI) por el costo de los procesos y por el hecho de que no hay
mecanismo para que las comunidades afectadas puedan participar.
Ejemplo: Goldcorp, a través de su subsidiaria
Glamis Imperial Corporation, está utilizando el NAFTA para derogar una ley de
California que apoya los reclamos del la tribu Quechan, de la reserva de Fort
Yuma, que se oponen a la incursión del Proyecto Minero Imperial en sus tierras
sagradas.16
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