PRINCIPIOS QUE GUÍAN EL PENSAMIENTO
ECONÓMICO DEL SIGLO XXI.
A continuación se expone una lista de siete principios que, de acuerdo con el brillante economista Mark Skousen, abanderado de la gran escuela austríaca, guiaron el pensamiento económico del siglo XX y están haciendo lo mismo en el siglo que transcurre. En cada punto se incluye un breve comentario sobre la observancia del principio en la República Dominicana.
1. La producción es más importante que el consumo. A pesar de las implicaciones del PIB y otras estadísticas nacionales engañosas, las economías mundiales no están impulsadas por el consumo. La industria juega un papel central en el bienestar de la sociedad.
Comentario: En la República Dominicana tenemos un modelo que privilegia la importación y el consumo, cuyo propósito básico es el de recaudar impuestos para beneficio del partido de gobierno y su entorno económico. Por eso, a pesar del supuesto crecimiento reportado, el índice de desarrollo humano, que es mucho más importante que el índice del PIB, no ha crecido. El gobierno está de espaldas al sector agroalimentario y a la mayoría de los sectores productivos nacionales.
2. El déficit originado por el gasto público y una excesiva deuda nacional son una carga para la sociedad, no un beneficio. El mercado de la deuda de la Tesorería es el mercado financiero más grande en el mundo y, como tal, reduce la liquidez y el tamaño de otros mercados más esenciales, penalizando así substancialmente el crecimiento económico. El gasto gubernamental y la deuda nacional pueden ser reducidos de manera considerable a través de la privatización de los bienes y los servicios sociales.
Comentario: Este principio nos viene como anillo al dedo. El actual gobierno nacional es el campeón mundial del derroche y la malversación de los fondos públicos. Y también lo es en materia de endeudamiento público.
3. Una política de animar el consumo a expensas de los ahorros, de promover la deuda a expensas del capital propio va en detrimento del crecimiento económico y el nivel de vida. La relación consumo-ahorro es un desequilibrio para muchos países. Necesitamos cambiar las políticas, estimular los ahorros y la inversión, reduciendo los impuestos sobre los intereses, los dividendos, las ganancias de capital y las actividades de los negocios.
Comentario: Este principio explica lo que tanta gente se pregunta en nuestro país: Si la economía ha crecido tanto, ¿por qué las grandes mayorías nacionales no participan de ese supuesto progreso?
4. La planificación central y el totalitarismo socialista no funcionan. Las economías totalitarias y el estado de bienestar social necesitan animar la competencia reduciendo la regulación de sus industrias, eliminando los monopolios, privatizando los negocios del gobierno y descentralizando los procesos de decisión.
Comentario: La libertad económica, madre de todas las libertades, es un elemento esencial para la prosperidad de las naciones. Igualmente lo son la libertad de movimiento y el derecho de las personas a escoger libremente la forma de participar en el sistema económico de su país. En la República Dominicana, Leonel Fernández ha implementado el sistema más grotesco e irresponsable de populismo: Un programa de subsidios antojadizo que beneficia a millones de personas con el único objetivo de asegurar su voto, mientras que encarece dramáticamente la vida de los sectores productivos.
5. Se necesita un nuevo sistema monetario para establecer un marco de referencia económico y financiero estable, uno que minimice los ciclos de auge-quiebra, la inflación y la incertidumbre. Un estándar de mercadería pura (basado en el oro) es una solución posible.
Comentario: Ciertamente, el dólar norteamericano no tiene suficientemente confiabilidad para ser una moneda de circulación mundial. Los amos del dólar han emitido históricamente demasiado dinero inorgánico (recuérdese el caso de los eurodólares) y utilizan su moneda para exportar sus crisis. Una vuelta al patrón oro sería la única garantía de estabilidad monetaria mundial, ya que el oro sí tiene valor en sí mismo, a diferencia de las monedas del mundo, que carecen de valor propio y sólo representan un valor del cual no existe certidumbre.
6. La mejor política, a largo plazo, para la paz y la prosperidad, es la de la libertad mundial del capital, los bienes y las personas, para circular por el mundo. Los países deberían adoptar también políticas inmigratorias liberales.
Comentario: El comentario correspondiente al punto cuatro es también aplicable a este tema. Pero queremos agregarle un adjetivo al capital, pues expuesto así, a secas, no podemos evitar interpretarlo según las huellas de la percepción que tenemos de ese concepto, surgida de la experiencia de toda una vida de observación y vivencia de explotación inhumana. Así que proponemos el término “capital legal”, para sugerir un origen garantizado por controles jurídicos.
7. A medida que las naciones incrementen su productividad y sus niveles de vida, los individuos, los negocios y los gobiernos deberían desarrollar formas eficientes de reducir todo lo posible la contaminación y otras externalidades ambientales negativas.
Comentario: En las ciudades de la República Dominicana y de manera particular en la ciudad capital, las condiciones ambientales están en franco deterioro. Y aunque todavía apenas se percibe, existe una enorme bomba sanitaria que se ha creado con el enorme crecimiento vertical de la ciudad sin que se produzca el necesario desarrollo de un sistema sanitario para la gran masa poblacional urbana.
Skousen advierte que “si los países del mundo, tanto ricos como pobres, no persiguen estos siete principios, entonces continuarán sufriendo de auges y quiebras artificiales, inflaciones masivas y deflaciones repentinas; escasez de crédito y crisis monetarias; presupuestos desequilibrados y pesadillas burocráticas; estancamiento y contaminación ambiental; y guerras y rumor de guerra”.
Y concluye diciéndonos que “las naciones que adopten medidas económicas sanas prosperarán y se expandirán, su moneda se reforzará, sus tasas de interés caerán, sus mercados de valores mostrarán notable fuerza y serán la envidia de sus vecinos. Verdaderamente, la fortuna de cada nación descansa en el destino de sus líderes”.