NOSOTROS



El movimiento Resistencia Democrática Dominicana (Redemodo) es una organización de mujeres y hombres dominicanos que respaldan en forma proactiva la irreductible resistencia del pueblo dominicano contra la hegemonía corrupta, criminal, retrógrada y antidemocrática del sistema de partidos, así como de cualquier acción o iniciativa auspiciada por poderes externos que atenten contra nuestra soberanía, nuestros derechos y nuestras libertades, y propugna por una verdadera democracia que garantice un régimen de libertades, justicia social, equidad e igualdad, en términos de dignidad, derechos y oportunidades para todos los ciudadanos de nuestra sufrida nación.

Los integrantes de dicho movimiento estamos convencidos de que los partidos políticos son una enfermedad degenerativa para las naciones, pues la praxis histórica que han observado esas organizaciones  constituye la mejor evidencia de que su único objetivo consiste en lograr en el menor plazo posible el enriquecimiento de sus dirigentes y relacionados, y lo logran sometiendo descaradamente a la nación a un latrocinio sistemático infame y descarado.

También nos parece evidente que los partidos políticos y sus dirigentes se han quedado dramáticamente rezagados en relación con la evolución de las naciones que pretenden gobernar.  Los sucesos acaecidos recientemente en muchísimos países del mundo no dejan duda al respecto.  La indiferencia y el descuido con que los políticos manejan asuntos de gran interés para sus naciones y para el mundo, tales como la guerra, el cambio climático, y los desastres naturales, el narcotráfico internacional, el terrorismo, la crisis del agua potable, etc. son testimonios muy elocuentes a favor de lo que estamos diciendo.

Entonces, si esas instituciones incompetentes que son los partidos políticos y sus dirigentes  resultan totalmente obsoletos en el siglo XXI, y sólo sirven como lastre y estorbo para el progreso; y además resultan ser una carga económica insoportable que los pueblos deben costear a expensas del sacrificio de su salud, su educación, sus techos, y otros beneficios que tienen legítimo derecho a disfrutar, ¿qué esperamos para tirarlos por la borda?

Naturalmente, lo anterior no implica de modo alguno la puesta en vigencia de una dictadura o un exterminio violento de los políticos, pues sólo ellos con sus bagajes de crímenes a cuestas, su falta de escrúpulos, de decencia y de moral;  su ambición desmedida y su asociación con malhechores y asesinos de la peor calaña,  tienen y han demostrado demasiadas veces en nuestra historia reciente semejante vocación fratricida.

La inmensa mayoría de los países emergentes, como la República Dominicana y nuestros hermanos haitianos, ya han sufrido y seguirán estando amenazados peligrosamente por desastres naturales devastadores y carencias de insumos vitales para la supervivencia, tales como el agua potable y los alimentos, etc. Además de las temibles plagas y pandemias que se están ensañando contra las poblaciones indefensas en el tercer mundo.  Es obvio que nuestros países necesitan un tipo de gobierno  y un liderazgo cuya única preocupación sea la seguridad y un grado razonable de bienestar para los ciudadanos.

Así pues, nos parece absurda la idea de que los partidos políticos, que son el principal componente del problema,  puedan aportar soluciones a la presente crisis que agobia al mundo y, de manera especial, a los países emergentes. Esas instituciones,  depredadoras del erario público, tampoco pueden representar a ninguna sociedad en su totalidad, ya que las naciones están divididas, como esquema natural de las cosas, en clases y diversos grupos de interés. De manera que los partidos se deben a los grupos de interés que detentan el poder económico, a los cuales se asocian para conquistar el poder político,  el que utilizan sin ningún pudor para controlar los cuerpos armados, los organismos legislativos y aun el favor de líderes sindicales, comunitarios e incluso dirigentes religiosos.

Así pues, el juego de los partidos políticos es bastante simple y muy sórdido: Ellos se encargan de seducir, sobornar vilmente y convencer a las masas de votantes sobre las bondades de su sistema para que sufraguen en su favor, ya que el voto ciudadano, en el Estado moderno, constituye el instrumento por excelencia para legitimar y legalizar el poder adquirido por los partidos políticos en las justas electorales. Lamentablemente, dicho poder ya está vendido de antemano a los amos del gran capital y ahora también a los padrinos del crimen organizado y del narcotráfico internacional.

La actuación entreguista de los gobiernos deja totalmente claro que los partidos políticos y sus dirigentes representan real y exclusivamente a esos sectores o grupos de poder, mientras que las grandes masas de votantes integradas por los trabajadores, la clase media y otros sectores nacionales afines, no están representados por nadie en esa estructura llamada Estado, entidad que realmente sirve como salvaguarda de los intereses de los grandes grupos empresariales, grandes bancos y  los socios del crimen organizado, que son la fuente principal de financiamiento de las campañas políticas. El gobierno denominado “democracia de partidos”  resulta ser un gran engaño, proveedor de exclusión, marginación, explotación y latrocinio de la inmensa mayoría de la población de nuestro país y así ocurre en la mayoría de los países en vías de desarrollo.

Si aplicamos los conceptos gerenciales más avanzados evacuados por notables académicos de la administración en los últimos tiempos y aplicamos sus instrumentos de análisis,  nos damos cuenta fácilmente de que el tipo de gobierno de partidos que ha prevalecido en la República Dominicana desde su origen y en países semejantes, no agrega valor al Estado, ni al país, ni a la pseudo democracia que ellos mismos representan.  Hoy día los Estados modernos deben administrarse con estructuras lo mas planas posibles, y con amplio liderazgo, de cara a la población que los elige para gobernarla.   El tiempo de los grandes caudillos, esos déspotas que sustituían en nuestro inconsciente mas profundo las imágenes  del padre de la horda, ha sido superado por la ilustración, y hemos entrado en la etapa del liderazgo, una forma de asociación democrática para resolver los problemas sumando esfuerzos y talentos humanos.  Ya no hay espacio para Trujillo, ni para Balaguer, ni para Bosch; y tampoco para Peña Gómez, y menos aun para Leonel Fernández o Hipólito Mejía.  Los jefes son hoy día figuras ridículas, personajes trastornados emocionalmente y frustrados en sus instancias instintivas más elementales, una caterva de payasos vanidosos, bravucones cobardes e inseguros de sí mismos, etc.

Pero esta problemática es aun más grave, considerando que su costo es tan elevado, su gestión  tan miserable y alejada de las necesidades del sistema y de la nación, y sus resultados son tan  vergonzosos, que la economía dominicana, que en los últimos cincuenta años ha experimentado el mayor crecimiento acumulado en América Latina,  ocupa hoy los peores lugares en los aspectos claves del desarrollo y el progreso humanos, como son la educación, la salud, el techo, el empleo y la corrupción, etc. 

Nuestra propuesta está orientada en el sentido de crear una democracia real y sin adjetivos, por la vía que establece la civilización. Tal democracia, repetimos, debe cumplir con la definición planteada por el gran estadista Abraham Lincoln, como se señaló en páginas anteriores.  Para lograr ese propósito, creemos que se debe reorganizar la sociedad, no en nuevos partidos, sino en sus fuerzas sociales naturales, las cuales pueden representarse a sí mismas, por medio de sus propios miembros, en un gran organismo legislativo nacional único, que eventualmente creará un gobierno democrático en el más estricto sentido de la palabra. (Esta idea se ampliará en párrafos más adelante).

Los llamados a realizar tal transformación democrática  son los miembros de la nómina interminable de ciudadanos decepcionados (o indiferentes) que tienen capacidad para comprender y enjuiciar el status quo vigente, caracterizado por el engaño, la mentira y el robo sistemático, ciudadanos que ya se han convencido de que los partidos políticos no merecen el voto de la gente pensante y decente de nuestro país, de manera que ahora debemos dar el siguiente paso, que consiste en abandonar la indiferencia y organizarnos para crear por medios políticos pacíficos y civilizados una nueva sociedad realmente democrática, regida por un gobierno en los términos explicados más arriba, que no esté controlado por partidos políticos, en el cual las fuerzas vivas de la nación se representen a sí mismas.  Eso será realmente "un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo".


NUESTRA VISIÓN:

El movimiento Resistencia Democracia Dominicana visualiza la República Dominicana evolucionando pacífica y progresivamente como un Estado moderno, administrado con elevada eficiencia y gran honestidad, bajo una forma de gobierno democrática y participativa, en la cual las fuerzas vivas de la nación, organizadas en una gran asamblea o Congreso Nacional, se representarán a sí mismas sin partidos políticos intermediarios, y serán la única fuente del poder político, así como los únicos responsables de tomar y delegar las decisiones importantes que requiera el país para garantizar las mayores oportunidades de realización y desarrollo que sean posibles para todos los dominicanos.

Vislumbramos también que nuestro país, transitando por ese sendero, sea capaz de lograr la creación de un clima social y económico que resulte favorable para que nuestros hermanos que han sido condenados a un ostracismo moral y económico inhumano en suelos extranjeros, y que quieran regresar a la tierra que los vió nacer, puedan hacerlo felizmente y vivir con honor y dignidad junto a sus familiares y amigos.




NUESTRA MISIÓN:

 La misión del movimiento Resistencia Democrática Dominicana consiste en contribuir proactivamente a la reorganización social y política de la nación dominicana, con miras a crear un sistema de gobierno democrático de acuerdo con la definición del ilustre estadista Abraham Lincoln, es decir “un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, en sustitución del sistema de partidos o democracia de indigentes y oportunistas que ha tenido vigencia en la República Dominicana desde su origen, para desgracia de las grandes mayorías nacionales, el cual puede definirse como “un gobierno de los partidos, por los partidos y para esas mismas instituciones despóticas, corruptas, criminales y antidemocráticas”.

Para lograr ese propósito patriótico trascendental, buscaremos el apoyo militante de la inmensa mayoría de dominicanos que, decepcionados ante la corrupción desenfrenada, el irrespeto a la constitución y las leyes, el saqueo descarado e impune del erario público y la complicidad con el infra mundo criminal, han caído en un penoso estado de indiferencia, resignado sus simpatías partidarias y renunciado incluso al derecho inalienable al sufragio.

El movimiento Resistencia Democrática Dominicana busca obtener su materia prima en esas canteras morales de la nación, que constituyen la flor y nata de las fuerzas vivas de nuestra sociedad y representan la única esperanza de la patria para su renacimiento y retorno triunfal a los senderos de la civilización, el honor,  la dignidad y el patriotismo que trazaron indeleblemente nuestros padres fundadores en las páginas de nuestra historia.

Nuestra organización participará hombro con hombro en las jornadas de lucha junto a los referidos sectores sociales y utilizará todo el poder de la tecnología de información para difundir el caudal de conocimientos necesarios para la educación de nuestro pueblo en los principios de la democracia y la libertad, así como para coordinar planes de trabajo y acciones políticas encaminadas hacia la conquista de nuestra meta suprema, que es la construcción de una nueva sociedad realmente democrática, sin la tiranía de los partidos políticos, en la que las fuerzas vivas de la nación decidan y construyan el modelo de sociedad que nos conviene que queremos todos para nosotros mismos y para nuestros descendientes.

NUESTROS VALORES:
1. Amar a la patria y engrandecerla con nuestras acciones.
2. Amar a la familia con dedicación y entrega.
3. Amar, respetar y engrandecer al pueblo dominicano.
4. Proteger la Naturaleza y cuidar el ambiente.
5. Respetar la constitución y las leyes adjetivas.
6. Proceder con Integridad moral y material.
7. Promover la paz, la no violencia y, si es necesario, la desobediencia pacífica.
8. Respetar y defender los derechos humanos.
9. Defender y promover la libertad y la democracia a cualquier precio.
10.Solidaridad con todas las fuerzas afines a nosotros en el mundo.



ESTRATEGIA.


Nuestras acciones y recursos se enfocarán en impulsar la organización de las fuerzas vivas del país para que conquisten gradualmente el control del Congreso Nacional, desplazando
los partidos políticos. En estos momentos existen en el país varias fuerzas que tienen posibilidades concretas de conquistar curules en la Cámara de Diputados en las próximas elecciones. Entre esas fuerzas que constituyen grupos numerosos y bien organizados figuran los colegios profesionales, tales como el Colegio Médico Dominicano, la Asociación Dominicana de Profesores, el Colegio de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores-CODIA, la Asociación de Jóvenes Empresarios, la Asociación de Importadores de la República Dominicana, etc. Lo único que tienen que hacer esas organizaciones es registrarse cada una como un movimiento en la Junta Central Electoral, con miras a participar en la próxima justa electoral para renovar el Congreso Nacional, que tendrá lugar en el año 2016, salvo que antes ocurra alguna alteración del orden institucional.

Los profesionales que integran los organismos mencionados y sus organizaciones han sido humillados e irrespetados groseramente por los gobiernos de la República en reiteradas ocasiones, de manera que esas experiencias deberían ser suficientes para hacerles entender que si ellos tuvieran representación en el Congreso Nacional, los gobiernos no se atreverían a menospreciarlos en la forma en que lo han hecho anteriormente, pues una posición congresual es una posición de poder político que en alguna ocasión puede ser determinante para la aprobación o rechazo de una pieza legislativa.

El Comité del movimiento Resistencia  Democrática Dominicana tiene la creencia que el señor Juan Hubiéres podría convertirse en el primer legislador que representaría su sector socioeconómico, si él quisiera adoptar esta estrategia de lucha tal como nosotros la planteamos. Si así fuera, los trabajadores del transporte tendrían su propia voz en el Congreso Nacional y podrían ser una fuerza mucho más respetable ante el gobierno.

Si los trabajadores de la salud, los de la educación, los de la industria, los de la construcción, y así sucesivamente conquistaran posiciones en el Congreso Nacional, los partidos tendrán cada vez menos fuerza y llegará el momento en que nuestras fuerzas serán superiores a las suyas. Entonces será el momento de introducir  el cambio cualitativo: Exigiremos y convocaremos a un referéndum para introducir cambios en la constitución y ese será el inicio de una nueva era para la democracia dominicana. Tendremos finalmente “un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, o sea una democracia operante, sin espacio para las pandillas que se hace llamar partidos políticos, entidades parasitarias que no agregan valor a la democracia ni al país, pero sí agregar un alto costo económico que consiste en atraso, saqueo y miseria de los pueblos que gobiernan.

Esta es, muy resumidamente, nuestra estrategia, pero creemos que entendible. En el manifiesto de nuestro movimiento, documento que está en preparación, se incluirán estas ideas expuestas con mucho mayor detalle.

Invitamos a todos los dominicanos que se sientan defraudados y estafados por los partidos políticos a formar parte y colaborar con este movimiento, que es una iniciativa desinteresada, patriótica y democrática, cuyo único fin es contribuir a la transformación del país, pues por el camino que hemos estado transitando no habrá futuro para nosotros ni para nuestros descendientes.

Publicado por redemodo@gmail.com en fecha 9 de febrero, 2012